Loquillo emociona a Madrid

Resucito el Blog después de un parón en el que se han juntado exámenes, vacaciones de verano, recuperaciones en septiembre y algo de dejadez, no nos vamos a engañar.

Monkey Sounds “renace” en una nueva temporada y empieza con buen pie, siguiendo la línea de las entradas anteriores: recogiendo las crónicas de los conciertos más destacados de la escena musical jamaiquina y española de los 80. Este comentario está dedicado al concierto que dio ayer la Estrella (con mayúscula) del Rock and Roll del panorama nacional: José María Sanz, Loquillo, perteneciente a la gira que está celebrando por toda la geografía nacional con motivo del 30 aniversario de su carrera.

Noche de R´n´R en Madrid, de frío, de amigos, de cerveza… de pura vida declarada. La Riviera acogía al barcelonés y allí se juntaron 2.500 fans del Loco, quedándose la sala pequeña. El éxito de asistencia fue tal, que las entradas se agotaron a falta de más de una semana de la fecha del concierto. Fuimos previsores comprando las entradas con un mes de adelanto.

Estábamos nerviosos, queríamos ver a la R´n´R Star sobre el escenario, desde la primera fila (que luego fue 2º fila, pero nos vio y le vimos bien). Los horarios se respetaron y el espectáculo comenzó a las 9 y cuarto, estando programado su inicio a las nueve en punto.

Loquillo al comienzo del concierto

Loquillo al comienzo del concierto

Ya se iban calentando los motores cuando las luces se apagan, el público se calla por unos instantes y empieza a sonar el tango “Volver, voler”. Poco después comienza a aparecer la formación y, por último, Loquillo, enfundado en un traje negro con el logo del pájaro loco bordado en la parte izquierda de su americana.

“En las calles de Madrid” abre la noche y todos coreamos como si se tratara de nuestro himno este tema, alzando la bandera de la Comunidad de Madrid, que fue señalada por Loquillo en varias ocasiones. Una palabra define lo que sentimos en ese momento: orgullo.

Y a partir de este momento, un repertorio plagado de éxitos que el público quería escuchar y cantar con él como si se tratara el concierto de un karaoke gigante en el que el Loco hacía de pantalla donde se reflejan las letras. María, Pégate a mí, Memoria de jóvenes airados… todas las canciones que componían su play-list eran recibidas por el público, al principio, con gritos y ovaciones para pasar a ser voceadas por todos. Era impresionante el momento en el que sólo se escuchaban a las 2.500 voces que abarrotaron la sala. Y más increíble aun los gritos de los que estábamos allí gritando “Loco, Loco” hasta el punto en el que Loquillo no podía decir ni “mú” por los decibelios que estábamos produciendo desde el gallinero.

Jaime Urrutia y Loquillo durante "El hombre de negro"

Jaime Urrutia y Loquillo durante "El hombre de negro"

La primera sorpresa que nos dio Loquillo (que recibimos a pesar de habérsela tenido que dar nosotros a él, ya que cumple años el mes que viene) fue la presentación de Jaime Urrutia para cantar con él la versión de Johnny Cash “El hombre de negro”. El Loco lo presentó diciendo antes que “Madrid le recuerda a las canciones de Gabinete Caligari”.

Llamó la atención el hecho de que Jaime utilizara un atril con la letra de la canción. Con una ovación espectacular, coreando su apellido como si la vida nos fuese en ello, despedimos a Urrutia, que estaba emocionado y apenas parecía querer bajar del escenario.

En la última parte del concierto, Loquillo, que desde el comienzo del bolo se servía copas de champán, hizo un brindis “por la amistad” y desde el fondo del escenario se podía intuir la silueta de Sabino Méndez, que fue recibido con gran entusiasmo por los asistentes. Y con su hacha se unió a Igor Paskual y a Jaime Stinus.

Con Sabino en el escenario, sonaron los éxitos de Loquillo: El ritmo del garaje, Rock and Roll star y La mataré. Fue este tema especialmente esperado, porque hacía una década que en los conciertos Loquillo no la había incluido. Las reacciones fueron inmediatas, por parte del público: sacar el móvil para grabar este momentazo, a pesar de los impedimentos que pusieron los encargados de seguridad a pie de escenario, llegando a tapar los objetivos de las cámaras.

Y como broche de oro a lo que había sido una genial noche de invierno, Loquillo se despidió de Madrid con su clásico y espectacular Cadillac Solitario, animando al público a que la cantase con él. De hecho, en la última estrofa de la canción, se quedó callado, gesticulando únicamente con sus manos y dejando que las 2.500 gargantas que había en la sala pusieran la voz a esta oración.

Es realmente emocionante ver al Loco a pie de escenario, a escasos palmos de distancia del público, de rodillas, con cara descompuesta y gritando a pleno pulmón “¡nena!” pareciendo que va a romper a llorar de un momento a otro.

Y tras una pausa, Loquillo y sus muchachos se juntaron para despedirse del público y vi que era la oportunidad para lanzarle la bandera de Madrid que había estado desplegando en las ovaciones y los momentos más importantes del concierto. El Loco, agradeciendo el gesto la recogió, la desplegó en el escenario mostrándola con orgullo a toda la sala y la firmó con la mejor de sus sonrisas. Ahora guardo ese banderín como oro en paño.

Loquillo muestra la bandera madrileña

Loquillo muestra la bandera madrileña

 

Una noche perfecta en compañía de las figuras más grandes del R´n´R que hay en España. Gracias, Loquillo. Te esperamos pronto en Madrid.

Incluyo el video de «Cadillac Solitario», la despedida por todo lo alto del concierto ofrecido en Madrid el 26 de noviembre de 2010.

Nacho Monkey Man

Fotografías: Marta Martínez.